🌿 Introducción
En medio del ruido, los pendientes y el correr diario, muchas veces nos desconectamos de lo esencial: de lo que sentimos, de lo que necesitamos, de nuestra propia energía.
Pero no hace falta irse lejos para volver al centro. A veces, pequeños rituales diarios pueden convertirse en espacios sagrados de presencia y calma.
Este artículo te invita a crear momentos simples pero profundos, que te ayuden a volver a vos. No es brujería, no es moda: es cuidado. Es intención.
🕯️ 1. Encendé el momento
La acción de prender una vela o un sahumerio puede ser más que algo decorativo. Es una señal para tu mente: “Acá empieza algo diferente”.
📌 Probá esto:
Antes de empezar tu día, o cuando lo terminás, encendé algo con intención.
Podés repetir mentalmente:
“Enciendo esta luz para volver a mí. Que mi energía se limpie y se centre.”
No importa si dura 5 minutos. Lo importante es la presencia que le ponés.
✍️ 2. Escribir para liberar lo que pesa
Cuando escribís sin filtro, sacás de adentro lo que el cuerpo a veces no puede soltar.
Tomá un cuaderno especial, y escribí lo que sentís, sin juicio. Podés empezar con:
“Hoy siento que…”
“Me pesa…”
“Necesito…”
No es para entenderte. Es para soltarte.
🌕 3. Cartas, cristales o símbolos: tu ancla energética
¿Te vibra sacar una carta de afirmación? ¿O tener un cuarzo que te acompaña?
No es obligatorio, pero puede ayudarte a anclar tu atención y darle un sentido simbólico al momento.
💡 Ideas:
Sacá una carta con una palabra guía para tu día
Elegí un cristal según lo que necesitás (ej: amatista para calma, citrino para claridad)
Apoyá tus manos sobre el corazón y repetí en voz baja:
“Hoy elijo conectarme con…”
🌬️ 4. Respiración consciente: tu refugio más simple
No hay ritual más poderoso que respirar sabiendo que estás respirando.
📌 Ejercicio express:
Inhalá en 4 tiempos
Retenelo 2
Exhalá en 6
Repetí 3 veces
Sentí cómo el cuerpo se acomoda solo cuando lo escuchás.
✨ 5. Cerrá con gratitud (aunque el día haya sido un caos)
Antes de dormir o al terminar tu ritual, hacé una pausa y agradecé 3 cosas.
No tienen que ser grandes: una taza de té, un mensaje, el sol que entró por la ventana.
La gratitud no niega lo que duele, pero te recuerda lo que también está bien.
💬 Cierre: Vos sos tu templo
No necesitás rituales perfectos, ni saber de astrología, ni tener un altar de Pinterest.
Solo necesitás intención, presencia y ganas de cuidarte.
Porque cada vez que te detenés y volvés a vos, estás construyendo paz.
Y eso, en este mundo, es un acto de revolución.